La voluntad de cambiar la vida de uno para mejorar su salud es siempre uno de los principales objetivos de la mayoría de las personas. Y ahora con la pandemia del nuevo coronavirus, la situación se ha vuelto desafiante.
El problema es que, muchas veces, el ejercicio y el cuidado de la dieta de uno estaba en un segundo plano, debido a las prisas y los obstáculos que enfrentamos en nuestra vida diaria – tráfico, trabajo, estrés, entre otros. Durante la cuarentena, sin embargo, el desafío es vencer el sedentarismo de la cuarentena.
Para tener una idea, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi la mitad de la población brasileña (47%) no practica el mínimo de ejercicios para mantener el cuerpo sano. La recomendación de la institución es de unos 150 minutos por semana. Ante este panorama, el país lidera el ranking de sedentarios en América Latina y es el quinto más sedentario del mundo.
Aun cuando este panorama no es nada positivo, el mercado de la actividad física sigue creciendo y, con el cierre de los gimnasios, la población necesita encontrar formas de hacer ejercicio en casa, con el apoyo de clases profesionales en vídeo disponibles en Internet. Otra opción es adaptar el entrenamiento y usar dispositivos como aparatos deportivos para monitorear y guiar la evolución de esta temporada. Hoy en día ya hay varios modelos en el mercado.
Para ayudar a las personas a no perder la concentración y no dejar de lado su salud durante la cuarentena, dejo tres directrices básicas para la mejor práctica de la actividad física en casa.
Duerma bien: una rutina adecuada de sueño y descanso fortalece la salud, disminuye el estrés y la ansiedad y es fundamental en la recuperación del cuerpo después del entrenamiento. Esto se vuelve aún más relevante en los tiempos de Covid-19. Para descansar y dormir bien, sugiero técnicas de meditación y relajación al final del día y un retiro programado y temporal de los medios electrónicos… además de la actividad física en sí. El sueño también mejora con un poco de disciplina en el día a día.
Apuesta por varias modalidades: aunque en este período no es posible hacer entrenamiento con pesas y ejercicios aeróbicos en gimnasios, puedes adaptar el entrenamiento utilizando tu propio cuerpo y desarrollar prácticas como el yoga, el pilates, el ballet, la lucha… Siempre con moderación y respeto por los límites del cuerpo. Y preferiblemente con orientación profesional. Tenga en cuenta que la actividad física es más eficaz cuando también es placentera. Así que tómate el tiempo en casa para descubrir algo que realmente te guste.
Tener motivación y responsabilidad: no siempre estamos dispuestos a hacer ejercicio, especialmente en este momento en que no tenemos ese amigo al que animar, al menos en persona. Es importante pensar que necesitamos mantenernos activos en los ejercicios, para no ponernos ansiosos, con pánico o deprimidos. La actividad física, además de proporcionar felicidad, también es bienvenida a nuestra inmunidad – todo lo que necesitamos ahora. Concéntrese e incluya los ejercicios en su agenda. Así que no te detengas. ¡Adáptate!