Todo padre hace cuanto está a su alcance para cuidar, ayudar y mimar a sus hijos. Y eso es normal, pues la función de los padres nunca acaba, sino que debe adaptarse a las circunstancias. Pero, la mayoría de los padres no comprenden claramente que aunque los hijos nacen dependiendo completamente de ellos para sobrevivir; a medida que crecen necesitan ser guiados hasta que sean libres e independientes Por eso, deja a tus hijos crecer y ser felices.
Es muy frecuente observar que algunos padres por no organizar bien sus responsabilidades laborales, individuales y familiares; descuidan la atención diaria que sus hijos requieren. Luego, cuando los hijos crecen y quieren independizarse los padres se resisten a eso.
Deja a tus hijos crecer y ser felices
Muchos padres desean que sus hijos siempre estén bajo su protección, dirección, guía y dominio; aunque estos ya sean mayores de edad. Estos padres no han entendido que la función principal y màs importante de la familia y la responsabilidad que tienen como progenitores; es que sus hijos sean independientes. Que se hagan cargo de su vida, tomen sus propias decisiones y resuelvan los problemas que se le presenten en el camino de la existencia.
Los seres humanos somos seres sociales, requerimos apoyo y tenemos la necesidad de depender de otros. Sin embargo, cada ser humano debe ir fortaleciéndose y formándose para la independencia y la toma de sus propias decisiones de vida. De esa forma, se evita la dependencia malsana que muchas veces se produce y fomenta en la familia; la cual con frecuencia propicia el abuso.
Cómo ayudar a los hijos a crecer y ser felices
A diferencia de los animales que nacen y velozmente deben aprender para sobrevivir, el ser humano al nacer recorre un camino lento, protegido, dependiente. Toma tiempo para que un bebé se desarrolle en un niño y comience a ser cada vez más independiente. Y desde la niñez a la adultez se dan una serie de cambios muy complejos que llevan a la etapa de la independencia física, mental y emocional. Aun así, el ser humano no es totalmente independiente de la familia.
Y eso es natural, pues formamos estrechos vínculos de amor con nuestros padres, hermanos, familia y cuidadores. Son las personas que rodean al niño quienes deben estimular la adquisición de independencia de forma gradual. Es allí, donde el niño debe aprender de forma progresiva a tomar ciertas decisiones y hacer algunas cosas por sí solo y los padres deben fomentar este crecimiento. Por ejemplo, elegir su juguete favorito, el color de su pijama, vaso favorito y otros.
Que cosas no son negociables entre un padre y un hijo
Ahora bien, a medida que el niño crece ira teniendo su propia opinión, gustos, preferencias y personalidad; todo esto hay que respetarlo y fomentarlo equilibradamente. Sin embargo, hay muchas cosas en las que un niño no puede decidir, debe obedecer a sus padres. El niño no puede elegir entre estudiar o no, cepillarse los dientes o no, tomarse un tratamiento o no, comer o no. Estas y otras situaciones similares no deben negociarse con los hijos.
Aún así, tampoco la idea es entrar en una batalla campal por cada cosa que el niño deba hacer. Pero, si el niño no desea ir a la escuela, alerta; podría estar pasando algo delicado, investigue. Además, a un niño no debe obligársele nunca a comer; pero sí hacerle el hábito de sentarse a la mesa para alimentarse y explicarle que sino come no habrá postre. Los niños deben tener una rutina de descanso y sueño, pero nunca los obligue a dormir.
También, es sano que los niños expresen sus sentimientos de enojo o frustración, pero deben aprender a no insultar, maltratar, ni pegar a otros. Igualmente, los padres deben ser pacientes, muy firmes y nunca hacer por el niño lo que él puede hacer solo. Estimúlelo a crecer, a ser feliz, no lo abrace y proteja tanto que lo asfixie; déjelo volar.