Con el crecimiento de la nueva pandemia de coronavirus, las pruebas para detectar la presencia del virus en el cuerpo se han vuelto cada vez más populares. ¿Pero cómo funcionan pruebas que detectan coronavirus?
La prueba principal para este propósito se conoce como RT-PCR y se ha utilizado en laboratorios desde principios de los años ochenta. Se trata de una técnica en la que los científicos son capaces de recoger una pequeña porción de material genético del virus y replicarlo, convirtiéndolo en la muestra más fácil de identificar.
El primer paso de la prueba, después de recoger el material del paciente (generalmente pasando un hisopo por el interior de la mejilla), es la muestra que llega al laboratorio, donde los investigadores extraen del genoma del virus una parte llamada ácido nucleico.
Entonces, los científicos son capaces de ampliar algunas regiones específicas de este genoma utilizando la enzima polimerasa. Este proceso les permite ampliar la muestra del material genético viral unas 100 millones de veces, lo que permite compararla con otras muestras ya obtenidas del nuevo Covid-19.
Vale la pena recordar que el nuevo virus tiene aproximadamente 30 mil nucleótidos (los bloques que componen el material genético). Para aumentar la velocidad y la precisión del examen, la prueba de RT-PCR más reciente que se está utilizando en algunos países, creada por la Universidad de Washington (EE.UU.), se centra en sólo 100 de estos nucleótidos específicos de Covid-19.
Estos 100 nucleótidos incluyen dos genes, que los científicos pueden comparar con sus muestras de virus. Una muestra se considera positiva si la prueba encuentra ambos genes en el material genético del paciente. Si sólo se encuentra uno de los genes, la prueba se da como no concluyente. Si ninguno de los dos genes está presente, el resultado es negativo.
Otra opción de prueba es la serológica, donde el enfoque es la búsqueda de anticuerpos específicos que el cuerpo suele producir cuando se infecta por el Covid-19. Si se identifican estos anticuerpos, es una señal de que el cuerpo está o ha estado «en batalla» con el nuevo virus. Tanto Singapur como China han emitido algunas de estas pruebas.
Una ventaja de este procedimiento es que los anticuerpos pueden detectarse en la sangre incluso después de que el paciente se haya recuperado, mientras que la prueba de polimerasa sólo señalará la presencia del virus si el individuo sigue enfermo.
Sin embargo, ambos tienen defectos: si las muestras se recogen demasiado pronto o cuando el cuerpo del paciente aún no ha empezado a producir anticuerpos, los resultados pueden ser falsos negativos. La producción de anticuerpos puede tomar hasta una semana, según los expertos.
Ambos son procedimientos relativamente sencillos, que suelen tardar unas 72 horas en realizarse. Sin embargo, dada la reciente e inesperada demanda de estas pruebas, ha llevado días o incluso semanas realizar estos procesos. Hay pruebas más rápidas en todo el mundo, pero todavía no están disponibles en el mercado mundial.