Jugar mejora la vida de todos y mejora la relación entre padres e hijos. Sí, lo has leído bien: ¡todos! De los niños, por supuesto. Pero de los adultos también. Stuart Brown, psiquiatra americano e investigador y autor de Play: How it Shapes your Brain, Opens the Imagination and Invigorates the Soul, argumenta que los adultos deberían jugar, incluso porque es algo que ha estado con nosotros durante miles de años, siendo una herencia ancestral.
Para el fundador del Instituto Nacional del Juego -institución cuyo objetivo es edad-elogiar el juego y dar a conocer los beneficios que aporta a la soci y varios autores de estudios sobre el tema, el juego aumenta la felicidad, disminuye el estrés y los niveles de agresividad, estimula la creatividad y la imaginación, entre otros beneficios.
Hoy en día, las contingencias que nos rodean permiten jugar más. Los padres pueden hacer esto con sus hijos porque, ya se ha dado cuenta, no hay edad para dejar de jugar. Y como muchos de ellos están en casa, aunque estén teletrabajando, no pierden el tiempo en el viaje de casa a casa, liberándolos para jugar.
En cuanto a los niños, el juego adquiere una relevancia especial, sobre todo en este momento tan delicado. Y eso es precisamente lo que queríamos saber: ¿por qué es tan importante jugar con los pequeños en casa durante este período? Vanda Robalo, psicóloga clínica, explica que jugar con nuestros hijos «fortalece la relación entre padres e hijos«. «Estamos fortaleciendo el carácter del niño, proporcionando un desarrollo emocional más equilibrado, ayudando a manejar las frustraciones resultantes de todos los problemas que surgen, contribuyendo a la salud mental de los niños en esta fase de aislamiento».
La mejora de las diferentes facultades cognitivas
Vanda Robalo dice que los juegos que desarrollamos tienen un componente profundo. «El juego desarrolla diferentes facultades cognitivas«, dice y continúa diciendo: «Jugando con muñecas o Legos, desarrollamos el lenguaje, el pensamiento concreto, las relaciones interpersonales; bailando/jugando a escondidas con los niños estimula y desarrolla la motricidad y la coordinación; en los rompecabezas trabajamos la motricidad fina; y así sucesivamente».
Jugar refuerza la relación entre padres e hijos.
Además de las bromas, están los juegos. Jugar y jugar son actividades diferentes. «Jugar también permite el desarrollo de la imaginación, la creatividad, el juego de roles, la creación de historias, los sueños. Jugar ya implicará la creación de reglas».
Todo lo que se necesita es imaginación
Todos estos momentos, explica el psicólogo clínico, proporcionan importantes experiencias de aprendizaje y recuerda que para enseñar «temas» similares a los que los niños aprenden en la escuela basta con usar la imaginación. «Prepara un juego o una partida y úsalos en favor de nuestro objetivo. Para los niños mayores que ya saben leer, un Scrabble en la familia seguirá estimulando la lectura, la búsqueda de nuevas palabras, y para los que están consolidando las letras, mantenerlas presentes».
Otro ejemplo es el viejo juego del escondite, que cuando se hace con niños de preescolar estimula el conteo de los números. O la búsqueda de ideas en páginas web para hacer trabajos manuales con material reciclable, que trabaja en la coordinación y la motricidad.
Vanda Robalo también destaca la suerte que tienen los padres – «siempre hay que mirar el lado positivo» -, subraya. «A lo sumo tendrán dos o tres niños en casa para estimular la cognición de su hijo con el juego, algo que no sucede en un aula con el director. En este contacto más estrecho, animamos al niño a interactuar y a resolver sus conflictos con la ayuda de los cuidadores».
Diez cosas divertidas que hacer en casa con los hijos
- Jugando a las escondidas
- Trabajo manual con materiales reciclables
- Scrabble
- Monopolio
- Rompecabezas
- Baile
- Cocinando juntos (y explicando la importancia de la comida sana)
- Pintar
- Ejercicio familiar (hay muchas aplicaciones y programas en la televisión)
- Cerámica/barriles