El reemplazo de piezas dentales se hace de forma habitual cuando se trata de dientes visibles y a menudo atendiendo a consideraciones estéticas. Sin embargo, cuando las piezas afectadas o perdidas son las muelas, hay una tendencia a no recurrir al implante. A veces ni siquiera a iniciar ningún tipo de tratamiento o someter la zona afectada a una revisión preventiva.
Las muelas constituyen elementos imprescindibles para garantizar la salud dental y como consecuencia, la salud en general. Ocupan un papel fundamental durante los procesos de masticación y por lo tanto tienen mucho que ver también en la asimilación de nutrientes y en los hábitos de alimentación.
La pérdida de una pieza dental genera unas consecuencias que si no se tratan y además no se hacen a tiempo, pueden poner en riesgo nuestra salud bucodental y generar daños de mayor gravedad en un futuro. Es importante conocer cuáles son sus implicaciones y tomar medidas tan pronto como sea posible.
Iniciar un tratamiento de implantología a tiempo puede marcar la diferencia y puede evitar problemas estéticos, enfermedades de diverso tipo y molestias durante los procesos de masticado.
Por eso, acudir a una clinica dental resulta fundamental para encontrar soluciones adaptadas. Y es que cada caso es único. A través de un análisis diagnóstico se podrá llevar a cabo una evaluación de daños. A partir de ahí un equipo especializado podrá identificar cuáles son los tratamientos previos y posteriores necesarios al procedimiento. Debes saber que el precio implante dental puede variar en función de los tratamientos complementarios que se requieran.
¿Conoces cuáles son los riesgos de no colocarse un implante dental? A continuación te hablamos de ellos. ¡Presta atención!
Riesgos de no colocarse un implante dental
Se pueden producir desplazamientos de las piezas dentales adyacentes
Con la pérdida de una muela se desencadenan una serie de cambios. Pueden generarse rozaduras o microheridas en la lengua o las encías, así como deformaciones estéticas como resultado de la modificación de la estructura facial. Este tipò de problemas colaterales pueden acentuarse si no se tratan en el momento adecuado.
El vacío que genera la pérdida de una pieza dental provoca modificaciones en la posición de las piezas dentales adyacentes. De una forma gradual, se pueden producir desplazamientos y una modificación considerable en la anatomía dental que puede acrecentarse con el paso del tiempo. En ocasiones, esto va acompañado con la aparición de problemas de oclusión. El desplazamiento de las piezas dentales adyacentes altera la posición y la estructura dentaria. Como consecuencia, la oclusión (o el cierre de la boca) no se produce correctamente dificultando y alterando a su vez los procesos de masticación.
Por otro lado, estas alteraciones también se reflejan en la distribución de cargas y presiones. Con la ausencia de una pieza dental se produce una sobrecarga sobre las piezas dentales adyacentes. Esto puede dar lugar a roturas prematuras producto de un roce excesivo durante el proceso de masticado. Ocasionalmente las consecuencias pueden manifestarse en forma de cefaleas y dolores mandibulares.
Mayor vulnerabilidad e incremento de posibilidades de padecer enfermedades e infecciones dentales
La pérdida de una muela da lugar a un espacio entre dos piezas dentales y a menudo un deterioro prematuro de los dientes próximos. Con el paso del tiempo se hacen más frágiles y vulnerables. Un desgaste acelerado y la presencia de una mayor cantidad de residuos entre ellos incrementa la presencia de placa bacteriana y con ella el riesgo de sufrir problemas de caries.
Además, existen otras afecciones que son consecuencia directa de la acumulación de placa bacteriana. Las encías se ven sujetas a problemas de inflamación y otras afecciones dentales que pueden derivar en la pérdida de otros dientes. Las afecciones periodontales que no se tratan adecuadamente pueden derivar en problemas graves, por ejemplo, la pérdida ósea o la alteración de la estructura de agarre de los dientes. Los tratamientos periodontales previos a un implante ayudan a restablecer la funcionalidad de la estructura dentaria reduciendo futuras complicaciones y garantizando una salud dental a partir de su implementación.
Se puede producir una pérdida del volumen del hueso mandibular
La zona de la mandíbula que queda vacía también experimenta diversos cambios. La ausencia de estimulación durante los procesos de masticado provoca una pérdida de hueso importante. Esta pérdida se produce a partir de un proceso de reabsorción natural que puede derivar en una reducción de hasta el 60% de su volumen durante los primeros treinta y seis meses después de la caída. Esto puede generar modificaciones estructurales porque al mismo tiempo que se produce esta reducción, se da una inclinación de las piezas dentales adyacentes. Si no se detiene a tiempo, puede acentuarse de forma progresiva, especialmente durante los procesos de masticado. Los cambios de posición e inclinación, se producen por la falta de sujeción. Al estar más expuestos, se hacen más débiles y se multiplican las posibilidades de su caída.