Con el paso del tiempo muchas personas pueden tener en el cuerpo cierto grado, sea alto o bajo, de radiación. Muchas veces se debe a la exposición de un tipo gas llamado radón. Pero seguro te preguntarás por qué. En el siguiente artículo veremos qué es el radón y cómo protegernos.
¿Qué es el Radón?
Es un elemento químico que pertenece a la familia de gases nobles o inertes. Este a diferencia de los demás de su grupo es radioactivo; pues tiene origen en la desintegración del radio que es un elemento químico radioactivo. El radón es inodoro e incoloro; por lo que no se puede oler ni percibir a simple vista, si no con pruebas especiales.
El radón viene de un metal radiactivo de nombre uranio, que con el paso del tiempo se convierte en radio. Cuando uno de los átomos del radio genera radiación, se convierte automáticamente en un átomo de radón. Este a su vez, cuando se desintegra se convierte en productos radiactivos o llamados «hijos»; pues la materia no se destruye, más bien se trasforma.
Cuando una sustancia radiactiva se desintegra marcan un índice, a lo que se le llama vida media. En el caso del radón, tiene una vida media de 4 días; tiempo suficiente para convertirse en otras sustancias químicas radiactivas. Por otra parte, la vida media del radio es más larga, de seiscientos sesenta años; y el uranio mucho más, unos cuatro mil quinientos millones de años.
El uranio se encuentra en las rocas; y dependiendo la zona puede filtrarse y emanar al ambiente una cantidad alta de radón. Puede que este cuando se filtre de la tierra, se escape al aire y se desintegre; pero en muchos casos, esta filtración es debajo de una casa, lo que puede acumularse por los años y filtrarse por las grietas del suelo y paredes, o por los desagües.
¿Cómo afecta?
Una casa construida en un afloramiento de rocas de uranio puede emanar altas cantidades de radón. En algunas casas se han detectado 3.200 picocurios; cuando la medida que recomiendan los expertos para tomar previsiones es de 4 picocurios por litro de aire. La cantidad de radiación recibida es comparada a que una persona se hiciera 260.000 radiografías torácicas.
La estimación de riesgo de contraer cáncer de pulmón con tan solo cuatro picocurios por litro de aire, se equivale a que una persona se fumara medio paquete de cigarros por día. De hecho, muchos trabajadores de minas de uranio han muerto de cáncer de pulmón; esto por la exposición a la descomposición del radón en cada jornada laboral.
El radón en sí no es el verdadero problema, pues cuando se inhala se exhala antes que se descomponga. Sin embargo, los productos de desintegración radiactiva llamados hijos, son el problema. Estas partículas químicamente hablando son activas; y se adhieren a pequeñas partículas de polvo que quedan en los pulmones, y así afecta el tejido del pulmón.
Además, como esas partículas tienen poca vida media se desintegran en poco tiempo. Esa desintegración radiactiva ocurre en el tejido pulmonar y con el tiempo puede convertirse en un cáncer.
Cómo cuidarnos de este gas
Algunas medidas que se pueden tomar es medir la cantidad de radón que pueda haber en la casa; verificar y tapar las grietas en el suelo, paredes y cañerías de desagüe. Sin embargo, muchas casas tienen agua de pozo donde también se filtra el radón; así que mantén la casa ventilada para que haya corrientes de aire y el radón no se concentre.
Como vimos el radón es un gas químico radiactivo silencioso; pero puede afectar con el tiempo a toda una familia. Así que si tienes dudas de que en tu casa se pueda filtrar este producto, no dudes en hacer una medición del mismo. Si te gustó este artículo, puedes compartirlo con los demás y dejarnos tus valiosos comentarios al final.