El equipo del Centro de Investigación de Alimentos (FoRC) de la Universidad de São Paulo (USP) emitió una declaración con el objetivo de aclarar cualquier duda que la población pueda tener sobre el papel de los alimentos en la transmisión del nuevo coronavirus (Sars-CoV-2). El texto está firmado por los profesores Bernadette Dora Gombossy de Melo Franco, Mariza Landgraf y Uelinton Pinto, todos ellos expertos en microbiología alimentaria.
«Es importante destacar que el virus no es un ser vivo y, por lo tanto, no es capaz de multiplicarse en los alimentos, como lo hacen las bacterias. Los virus necesitan infectar las células para replicarse. Los alimentos o sus envases son sólo vehículos, es decir, pueden tener la superficie contaminada si han sido manipulados por alguien con la enfermedad, así como una manija de la puerta o cualquier otro objeto. Sólo hay que sanear que no hay ningún problema», dice Franco a la Agencia FAPESP.
Como explican los investigadores, la transmisión del nuevo coronavirus se produce principalmente a través de gotitas y secreciones que salen de las vías respiratorias superiores (boca y nariz) de una persona infectada (con o sin síntomas) y que afectan a las membranas mucosas (ojos, nariz y boca) de otros individuos. También puede ocurrir por el contacto de las manos con superficies contaminadas. Allí, el agente infeccioso puede ser transferido a los ojos, la nariz y la boca.
En anteriores brotes causados por otros tipos de coronavirus (Sars-CoV y Mers-CoV), no hubo transmisión por alimentos. Según los científicos de FoRC, no hay razón para pensar que esto sucederá con el Covid-19, la enfermedad causada por el virus que está detrás de la actual pandemia.
«La ciencia aún no ha podido determinar el origen del SARS-CoV-2, pero hay escenarios que sugieren que el virus se ha propagado a partir de huéspedes animales como murciélagos y pangolines, quizás debido al contacto con estos animales o incluso a su ingestión. Pero no hay pruebas científicas de que los animales de carne para consumo humano, como el ganado, las aves o los cerdos, sean portadores del nuevo coronavirus», argumentan los investigadores. Aun así, la Organización Mundial de la Salud recomienda que se evite el consumo de carne cruda o procesada.
Cómo evitar la contaminación de los alimentos
El equipo de FoRC ha enumerado medidas simples que pueden ayudar a mantener a Sars-CoV-2 lejos de la cocina y la comida. La higiene de las manos antes de comer o manipular cualquier alimento es crítica. Y dos puntos más sobre la limpieza del medio ambiente:
- Los mostradores, fregaderos, platos y otros utensilios deben estar siempre limpios y secos, sin residuos de comida.
- Los refrigeradores, congeladores, hornos, estufas y otros aparatos domésticos deben limpiarse regularmente con agua, jabón y desinfectantes o agua sanitaria. Lo mismo ocurre con las paredes, el suelo y el techo.
- Estos procedimientos evitan la presencia de bacterias y virus no deseados en la cocina, incluyendo el coronavirus. También reducen el riesgo de contaminación cruzada, es decir, la transferencia de un agente infeccioso de alimentos o superficies contaminadas a alimentos no contaminados.
- La información sobre el tiempo de persistencia del Sars-CoV-2 en diferentes materiales que pueden estar en la cocina es controvertida. Algunos estudios científicos con otros tipos de coronavirus indican su permanencia en el metal, el plástico y el vidrio hasta nueve días, mientras que otras investigaciones señalan tiempos más cortos: 24 horas en el cartón y tres días en el metal o el plástico.
- De todos modos, estos virus se inactivan en aproximadamente un minuto por contacto con un 62-71% de alcohol etílico, un 0,5% de agua oxigenada o un 0,1% de hipoclorito de sodio. Esto significa que una buena higiene descarta cualquier riesgo de infección.
- Para los alimentos que se comerán crudos, como las hortalizas de hoja, la recomendación de FoRC es quitar las hojas exteriores o dañadas, separar las hojas una por una, lavarlas con abundante agua tratada y dejarlas en inmersión, durante 15 minutos, en una solución de agua sanitaria (una cucharada diluida en un litro de agua), lavándolas después con agua corriente tratada de nuevo.
- Para las verduras y frutas no florecidas, incluso las que se comen sin cáscara, el procedimiento debe ser el mismo. Los productos comerciales a base de cloro para la desinfección de vegetales son eficientes. Simplemente no use lejía que contenga otras sustancias en su composición, porque pueden ser tóxicas para el cuerpo humano. Y una nota: «el vinagre con fines culinarios no tiene ningún efecto desinfectante», aclara el grupo.
- Cocinar y freír, cuando se hace correctamente, elimina la posible presencia del virus. Sin embargo, debe evitarse una mayor contaminación después del calentamiento, especialmente si el alimento no se recalienta antes de ser consumido. También es importante no dejar los artículos cocinados en contacto con otras materias primas. Esto es para evitar la contaminación cruzada.
El consumo de comidas entregadas en casa, tomadas en los mostradores o en el auto-servicio requiere un cuidado extra. Se recomienda optar por empresas fiables y hacer los pedidos directamente, por teléfono o por aplicaciones, evitando la interferencia de intermediarios desconocidos.
Siempre que sea posible, opte por el embalaje de cartón. Después de todo, se cree que el virus resiste menos tiempo en el papel que en el plástico o el aluminio. Y desinfectar los paquetes antes de abrirlos, con agua y jabón o gel de alcohol. Y antes, durante y después de una pandemia, no consuma productos con envases violados.
Los investigadores también recomiendan evitar el contacto personal con el repartidor de comidas. El pago debe hacerse preferentemente a distancia, mediante solicitud. Si manejas dinero en efectivo o una máquina de tarjetas de crédito, desinféctese las manos antes de manipular alimentos.