Las chucherías. Solo mencionar la palabra se nos vienen a la mente imágenes, sabores y recuerdos de infancia. Las chucherías eran lo máximo a lo que podíamos aspirar, el único objeto de nuestro deseo.
Inevitablemente, la pequeña aportación económica que nos daban nuestros padres acababa sí o sí en el kiosco más cercano, intercambiada por un trozo de felicidad: chicles boomer, nubes, peta zetas, caramelos pez, moras, polo flash… Había clásicos comunes, capaces de ponernos de acuerdo a todos, y luego estaban las pequeñas debilidades de cada uno, chucherías casi de culto para el disfrute de los paladares más exigentes.
Las chucherías están asociadas necesariamente con los momentos más felices de nuestra vida. Basta observar con ojos de adulto a un niño que recibe hoy una chuchería: esos éramos nosotros hace unos años. Es natural que durante un tiempo largo dejemos de comprar chucherías. Además, y por desgracia, los kioscos son un establecimiento en extinción: cada vez encontramos menos, y es más difícil comprar esas chucherías que tanto nos gustaban.
Sin embargo, a todos nos gusta sentirnos un poco nostálgicos de vez en cuando, y afortunadamente esto es hoy muy fácil, gracias a la tendencia de comprar online chucherías. Además de recordar la infancia, muchos adultos están comprando chucherías para preparar elaboradísimas recetas con ellas.
Como para casi todo, Internet ha facilitado el acceso a productos antes inencontrables o que creíamos perdidos para siempre. También chucherías: existes tiendas online donde podrás encontrar todas esas chuches que tanto anhelábamos cuando éramos unos críos.
A continuación, para refrescar tu memoria, te recordamos algunos de esos hits que marcaron nuestra infancia. Son tres sugerencias, que nos retrotraen a nuestros días más felices, pero ¡seguro que tú tienes tus propios clásicos!
Palotes
Se trata de unos caramelos largos, blandos y masticables. Como su propio nombre indica, unos palotes. Tenían la particularidad de que se pegaban en los dientes, de modo que luego pasabas un buen rato despegándolos con la lengua… ¡Era como comerlos dos veces! Tenían un ligero parecido, aunque en otro formato, a los también increíbles sugus.
Chicles boomer
Los chicles que se estiraban, como su icónico personaje. Aquellos chicles inauguraron la moda de añadir una pegatina como regalo adicional a la chuchería. ¿Qué más se podía pedir? Pues que estuvieran tan buenos como de hecho estaban. Quizá tuviera algo que ver el hecho de que contuvieran azúcar, algo impensable hoy. Durante una temporada, los boomer se convirtieron en los indiscutibles reyes del chicle, gracias al nuevo formato “kilométrico”: una larga tira de chicle que podías estirar e ir consumiendo cuando te apeteciera.
Conguitos
Otro clásico español. “Somos los Conguiiitos y estamos requetebién, vestidos de chocolate con cuerpo de cacahué. Somos redondiiitos y siempre vamos a cien, con chispa, ritmo y marcheta para que lo pases bien. Conguitos, vestidos de chocolate, ¡con cuerpo de cacahué!”. Probablemente solo con leer esta letra habrás empezado a tararear la cancioncilla. No en vano, el de los Conguitos es uno de los anuncios más recordados de la televisión en España. Los conguitos es un delicioso snack de chocolate fabricado por la marca española Lacasa, la misma encargada de los también famosísimos lacasitos.