El jamón es sin duda uno de los productos estrella de la dieta mediterránea y el mayor icono de la gastronomía de nuestro país. Cuando estamos tomando un buen jamón, todos nos damos cuenta, pero quizá lo que no sabemos es lo que hay detrás. Además de su increíble sabor, el jamón es un producto que posee múltiples beneficios para la salud.
Como ocurre con todos los alimentos, la calidad del mismo determinará su valor nutritivo y su aporte en vitaminas y minerales. En el caso del jamón, el conocido como ibérico es el que más beneficios a la salud proporcionará y el que está ligado, en la mayoría de ocasiones, a un sabor más intenso y más difícil de olvidar. A continuación, repasamos las ventajas de incluir jamón ibérico en nuestra dieta:
1. Los beneficios aportados por el origen: menos grasa y más sabor
En el mundo de la gastronomía resulta imposible desligar los alimentos de su procedencia, que es estudiada en profundidad y receptora de continuas mejoras que buscan los mejores resultados desde el inicio. El jamón ibérico procede de cerdos que han sido alimentados con bellota y que han podido pasar la mayor parte de su tiempo moviéndose en libertad por las dehesas.
Esta manera de criar a los cerdos está bastante extendida en España, donde el buen tiempo combinado con la calidad de las bellotas que consumen permiten la obtención de jamones tan destacados como el jamón dehesa de Extremadura, reconocido internacionalmente como uno de los mejores jamones de bellota del mundo.
El consumo de este tipo de jamones está ligado a la salud en tanto que, gracias al estilo de vida del animal, la carne está formada mayoritariamente por músculo y no por grasa, como sería de esperar. Por este motivo, tanto el sabor como la textura son diferentes –de hecho, no es extraño encontrar este tipo de jamón entre los avíos puchero, para los que es bastante codiciado-. La digestión, por su parte, es más sencilla y el alimento es transformado en energía de forma más inmediata, permaneciendo menos tiempo acumulado en el organismo.
2. Una gran cantidad de vitaminas y de minerales
La lista de vitaminas útiles para el cuerpo humano y presentes en el jamón ibérico es interminable. De las primeras encontramos la B1, B6 y B12, especialmente relevantes en procesos como el crecimiento, la fabricación de glóbulos rojos y el correcto funcionamiento neuronal respectivamente.
Lo mismo sucede con los minerales presentes en el jamón ibérico. El hierro, el calcio y el fósforo, que juegan un importantísimo papel en la creación de barreras de defensa y en el funcionamiento adecuado de nuestro organismo, se encuentran muy presentes en este alimento, además del zinc, el magnesio y el selenio, que resultan necesarios para mantener en forma nuestros músculos y huesos.
3. Un plus para el colesterol bueno
El ácido oleico, una grasa que comúnmente se encuentra en los productos de origen vegetal,está muy presente en el jamón ibérico. Esto es debido a que, como complemento al aporte nutritivo de las bellotas, las dietas de los cerdos suelen estar enriquecidas con este ácido.
El paso del ácido oleico a nuestro organismo a través del consumo de jamón ibérico favorece el aumento del colesterol bueno y ayuda al correcto funcionamiento de los vasos sanguíneos, reduciendo las posibilidades de sufrir un ataque cardiovascular.
Teniendo en cuenta estos grandes beneficios, no es de extrañar que nos hayamos quedado sin excusas para comenzar a contemplar el jamón ibérico como un imprescindible en nuestras dietas.