Aretha Franklin representante de la mujer afroamericana e icono del Rock & Roll, que el 3 de enero de 1987, se convierte en la primera mujer en entrar al salón de la fama del Rock & Roll.
La primera mujer en el salón de la fama
La historia del Salón de la Fama comienza en abril de 1983, con el surgimiento de la fundación, que pretende conservar y custodiar parte de la valiosa documentación existente de la historia de la música Norteamericana.
Durante todos estos años ha estado recolectando la historia de cientos de artistas para rendirles homenaje, por su amplia trayectoria artística.
Fue una de las artistas que ayudo a dar forma a uno de los géneros más escuchados en el mundo, el Rock & Roll.
Aretha Franklin representante de la mujer afroamericana
El papel de la mujer no se ha visibilizado mucho a través del tiempo, ya que cerca de unas 100 mujeres forman parte del salón de la fama hasta el momento.
Y para el 3 de enero de 1987, la talentosa cantante Aretha Franklin, fue seleccionada como la primera mujer en estar dentro del Salón de la Fama del Rock & Roll.
El Himno del Soul y el feminismo
La versión de “Respect” canción escrita por Otis Redding, es considerada como una de las piezas más grandes del Soul y es un símbolo representativo, tanto del Soul como del feminismo en el mundo.
La versión original de la canción era una especie de Súplica de respeto de una mujer joven a su pareja por la que hacía todo lo que él quería y, sin embargo, le faltaba el respeto.
Voz con poder femenino
La versión de esta canción en la inigualable y potente voz de Aretha Franklin, se convierte en una exigencia y un reclamo más que en una súplica.
Por este motivo es símbolo del reconocimiento y el respeto a los derechos de las mujeres a ser respetadas.
Aretha Franklin también representa a la mujer afrodescendiente empoderada y talentosa, en una sociedad llena de prejuicios, racismo y machismo.
Transformó el dolor en belleza
Cómo ha contado su hermana Erma durante una presentación realizada cuando solamente tenía 10 años, Aretha acababa de sufrir la muerte de su madre y llevaba días sin decir una palabra.
Se sentó en un piano ante más de 2000 espectadores, permaneciendo en silencio por unos instantes que hicieron pensar que no diría una palabra, pero contrario a esto, Aretha transformó su dolor en exquisita belleza estremeciendo a los presentes.
Ese fue su sello personal, convertir los momentos trágicos de su vida en música emotiva que tocó el corazón de quien la escuchaba.
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El éxito y la fama
En muchas oportunidades trataron de opacar su éxito con su historia personal llena de escándalos para la época, pero hoy es recordada por su talento sin comparación.
Como expresó Jerry Wexler, su productor durante años, al comenzar a tocar el piano y a cantar, dejaba a todos con la boca abierta, mudos e impresionados. “Asistíamos a la expresión de la grandeza única e inmortal”