El autoconsumo fotovoltaico se ha convertido en una de las soluciones energéticas más eficaces para reducir la dependencia de la red eléctrica, ahorrar en la factura de la luz y apostar por un modelo energético más sostenible. En España, gracias a los cambios normativos de los últimos años, hoy existen varias modalidades de autoconsumo adaptadas a distintos perfiles de usuarios.
En esta guía te explicamos los tres tipos principales de autoconsumo: con excedentes, sin excedentes y autoconsumo colectivo. Veremos cómo funciona cada uno, cuáles son sus ventajas y en qué casos conviene apostar por el autoconsumo compartido, una opción que gana cada vez más fuerza en comunidades de vecinos, bloques de viviendas y polígonos industriales.
¿Qué es el autoconsumo fotovoltaico?
El autoconsumo consiste en generar tu propia electricidad a través de paneles solares instalados en tu vivienda o edificio, para cubrir (total o parcialmente) tus necesidades energéticas. Cuando produces más de lo que consumes, puedes optar por almacenar esa energía, verterla a la red o compartirla con otros usuarios.
Desde 2019, en España es legal autoconsumir energía con o sin excedentes, y también compartirla entre varios consumidores próximos, lo que ha dado lugar al auge del autoconsumo colectivo.
Tipos de autoconsumo: características principales
Autoconsumo sin excedentes
El autoconsumo sin excedentes es aquel en el que toda la energía generada por los paneles solares se consume en la propia instalación, sin verter nada a la red eléctrica. Para que esto sea posible, se instala un sistema de antivertido que bloquea automáticamente la inyección de energía sobrante.
Ventajas:
- Tramitación administrativa más simple.
- No requiere acuerdo con la distribuidora.
Limitaciones:
- Si no consumes toda la energía en el momento en que se genera, se pierde.
- No obtienes compensación económica por los excedentes no utilizados.
Este tipo de autoconsumo apenas se usa en viviendas y se suele emplear solo en instalaciones de grandes industrias con potencias elevadas que no pueden verter a la red o cuya tramitación es más lenta y se instalan de inicio con autoconsumos sin excedentes.
Autoconsumo con excedentes
Es el más común actualmente. En este caso, la energía que no consumes en el momento se vierte a la red eléctrica, y la comercializadora te compensa económicamente por esos excedentes, descontándolos en la factura mensual de la luz.
Ventajas:
- Aprovechas toda la energía producida.
- Puedes reducir significativamente tu factura.
- Compatible con ayudas y subvenciones.
- La instalación es escalable y flexible.
Limitaciones:
- Es necesario legalizar la instalación con vertido a red.
- Depende de la firma de un contrato de compensación con la comercializadora, algo que en los inicios era lento pero que hoy día ya se han agilizado bastante los plazos.
Este tipo de autoconsumo es recomendable para viviendas unifamiliares, negocios o comunidades que quieren optimizar la producción solar sin instalar baterías.
Autoconsumo colectivo
El autoconsumo colectivo permite que varios usuarios compartan una misma instalación de placas solares, siempre que estén conectados a la misma red de baja tensión y se encuentren a una distancia máxima de 2 km metros de la instalación.
Es la solución perfecta para bloques de vecinos, comunidades energéticas, polígonos industriales o cooperativas rurales, ya que permite que muchas personas se beneficien de una misma planta solar, distribuyendo la energía generada según un coeficiente previamente acordado.
¿Cómo funciona el autoconsumo colectivo?
A nivel técnico, el autoconsumo colectivo funciona igual que uno individual, con la diferencia de que la energía generada se reparte entre varios consumidores. Este reparto se establece mediante un acuerdo entre las partes (normalmente por porcentaje fijo) y se comunica al operador del sistema eléctrico (REE).
Cada consumidor recibe su parte proporcional de la energía generada, que se descuenta directamente en su factura de la luz. Si sobra energía, puede compensarse o, si hay baterías, almacenarse.
El sistema requiere:
- Una única o varias instalación solares conectada a red.
- Un acuerdo de reparto entre los consumidores.
- Un gestor energético o representante legal (en algunos casos).
- Comunicación de datos al sistema eléctrico.
Ventajas del autoconsumo colectivo
A diferencia de las modalidades individuales, el autoconsumo colectivo ofrece una serie de beneficios adicionales que lo convierten en una opción especialmente interesante para viviendas compartidas o zonas urbanas con tejados comunitarios.
- Accesibilidad
Permite que personas sin tejado propio (como quienes viven en un piso) puedan beneficiarse de la energía solar. Esta democratización del autoconsumo es clave para avanzar hacia una transición energética inclusiva. - Ahorro compartido
Al repartirse la inversión entre varios usuarios, los costes se reducen. Además, cada miembro de la comunidad puede ahorrar en su factura desde el primer mes, dependiendo de su porcentaje de participación. - Aprovechamiento del espacio
En edificios o comunidades, no todos los vecinos podrían instalar paneles por su cuenta. Una instalación colectiva permite aprovechar toda la superficie disponible de forma eficiente. - Sin necesidad de baterías
La energía se reparte en tiempo real entre todos los usuarios, lo que permite un mayor aprovechamiento sin necesidad de invertir en almacenamiento. - Fortalecimiento comunitario
El autoconsumo colectivo fomenta la cooperación entre vecinos, promueve una cultura energética compartida y puede ser el inicio de proyectos más ambiciosos como comunidades energéticas locales.
¿Cuándo conviene cada tipo de autoconsumo?
Elegir entre una modalidad u otra depende de varios factores como el tipo de vivienda, el patrón de consumo, el presupuesto y el número de usuarios involucrados.
- El autoconsumo sin excedentes es adecuado para empresas con una alta potencia instalada que no pueden verter a la red o cuyo proceso para hacerlo es largo.
- El autoconsumo con excedentes es ideal para quienes generan más energía de la que consumen en ciertos momentos del día y desean aprovechar ese excedente para ahorrar en la factura. Es la opción más extendida actualmente por su relación coste-beneficio.
- El autoconsumo colectivo es la alternativa perfecta en comunidades de vecinos, zonas urbanas densas, edificios con tejado común, o para pequeños grupos que quieran compartir inversión y beneficios. También es la base para el desarrollo de comunidades energéticas, un modelo en crecimiento que no solo comparte energía, sino también valores de sostenibilidad y gestión participativa.