El medio criptográfico de Blockchain, así como la cadena descentralizada valida las transacciones, suministra algunas características de seguridad esenciales. Por ejemplo, el manejo de cifrado con hash y las marcas de tiempo permiten que sea prácticamente imposible cambiar los datos en un bloque una vez que se ha añadido a la cadena de bloques.
Pero el método de cadena de bloques descentralizada aún es respectivamente nuevo, y aún estamos descubriendo cómo utilizarla y regularla mejor. Mientras tanto, varios delincuentes han podido beneficiarse del anonimato que brinda la criptografía para estafar a los usuarios, que logran tener pocos recursos para requerir sus activos.
La criptomoneda es una inversión considerablemente volátil
Las monedas digitales tienden a ser inversiones inseguras, así que no se sorprenda al ver que su precio sube o baja en cantidades muy reveladoras. De hecho, se sabe que suben y bajan en comisiones de dos dígitos en horas. El beneficio pasado no es un buen indicador del beneficio futuro cuando se trata de cualquier cambio de riesgo, y eso indisputablemente incluye criptos. Dicho todo esto, no es apropiado invertir más de lo que puede perder.
Las estafas de monedas digitales son una inquietud creciente
Infortunadamente, el mundo de las monedas digitales está lleno de estafas. Los delincuentes pueden utilizar aplicaciones inexistentes, billeteras cifradas y correos electrónicos para motivarlo y hacer que entregue sus claves privadas, proporcionándoles acceso a sus activos criptográficos. Los robos de NFT igualmente son cada vez más frecuentes, y varios compradores son falsificados por cuentas falsas con nombres inexistentes o regalías comprometidas que jamás se materializan.
Las monedas digitales en sí mismas igualmente pueden ser muy fraudulentas por naturaleza. Este fue el tema del token Squid Game, que tenía un componente incorporado que imposibilitaba que muchos titulares revendieran sus tokens.
Las monedas digitales aún no están normalizadas en gran medida
A pesar de determinados movimientos en todo el mundo para reglamentar las criptomonedas, siguen permaneciendo menos reguladas que otras clases de activos. Si una plataforma encargada de intercambiar o mantiene sus activos digitales quiebra, existe el peligro de que pierda su capital. Del mismo modo, sus activos lograrían estar en peligro si un intercambio que tiene su criptografía es pirateado por bandidos.
Además, la tributación de las monedas digitales está en sus comienzos y los cambios futuros lograrían tener ramificaciones para sus cambios.
Existen miles de monedas digitales, y muchas de ellas aún están en las primeras fases de desarrollo. Aún es difícil diferenciar a los ganadores últimos de los perdedores.