APUESTAS
Algunos se preguntan qué sentido tiene seguir consumiendo un contenido tan limitado tanto en opciones como en tiempo. Otros siguen sin probar las mieles de las nuevas plataformas por desconocimiento o por apego al sistema más tradicional de entretenimiento.
El desarrollo tecnológico cambia nuestras vidas y costumbres
No es ningún secreto que las nuevas tecnologías han dado un giro radical a nuestras formas de vida. Este gran cambio se ha visto especialmente impulsado en las últimas décadas y afecta a los más diversos aspectos del día a día.
Hemos visto cómo podemos acceder a compras desde casa gracias a la gran diversidad de las tiendas online y a la seguridad en los sistemas de pago. El despegue de las compras a través de Internet ha supuesto, a su vez, un desarrollo colateral de otros muchos sectores que se ven relacionados de forma directa o indirecta. Así, vemos cómo han crecido las empresas de transporte de paquetería, cómo ha aumentado la calidad de la redacción y producción de contenidos relacionados con el marketing digital para lograr un lógico incremento en la calidad y cualidades de los servicios ofrecidos por este tipo de negocios.
Observamos también un gran cambio en el ocio
La evolución mencionada en el sector de las ventas, también se hace evidente en el ámbito del entretenimiento. Ya no necesitas desplazarte a un lugar concreto para jugar a juegos de azar, sino que puedes jugar a tragaperras en Betfair de forma sencilla y cuando desees, ya que puedes hacerlo en cualquier momento y lugar de forma telemática. Esto pasa también con el el blackjack online u otro tipo de juegos que están disponibles en tu móvil u ordenador.
Esto mismo ocurre, por ejemplo, con los videojuegos que han dejado atrás la soledad del hogar para permitirnos jugar en vivo con personas de cualquier parte del mundo compartiendo la misma historia.
La televisión tiene un gran competidor
En el caso del entretenimiento audiovisual el cambio traído por la multiplicidad de plataformas de contenidos no está simplemente en la enorme diversidad de opciones capaces de adaptarse a prácticamente todos los gustos. Esto es sin duda un valor fundamental que no debe desdeñarse, sin embargo, la mejor cualidad de este tipo de consumo de contenidos es la capacidad de adaptación al tiempo de cada individuo.
Todos los que tienen cierta edad pueden recordarse a sí mismos esperando que llegue la hora o el día de emisión de su programa favorito o la fastidiosa sensación de comprobar que cancelan la serie que estaba siguiendo por la emisión de algún show especial. Este sometimiento del espectador ante lo que definan en sus parrillas los programadores de televisión ha dado paso a la decisión inmediata y la selección del contenido totalmente personalizado sin esperas ni cambios indeseados.
Esta ventaja se complementa gracias al aumento de calidad de los contenidos debido a las inversiones de las plataformas en la producción de sus propias series, películas o documentales donde la presencia de profesionales de primera línea hace que nos preguntemos: ¿tiene sentido seguir sometidos a las escasas parrillas televisivas?, ¿será en pocos años el fin definitivo de la televisión?.