El origen del vino se remonta a más de 7.000 años de antigüedad, concretamente en Egipto. Con el paso del tiempo, se ha ido perfeccionando su elaboración. Cuanto más se aprende sobre su composición, más opciones son las que se pueden ofrecer al público. Si sientes curiosidad sobre cómo es el proceso de esta bebida ancestral, sigue leyendo para saber mucho más acerca del vino.
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¿Cómo empieza la elaboración del vino?
El primer paso es recoger la uva. Esto se hace en la etapa de la vendimia. Una vez recolectada, la uva se transporta hacia las instalaciones de una cooperativa, donde procederán a efectuar una serie de acciones, como pesarlas o detectar las uvas en mal estado o que todavía están verdes con la finalidad de eliminarlas.
A continuación, la uva se lleva a una máquina llamada estrujadora despalilladora. Esta herramienta lo que hace es convertir la uva en mosto. Si es mosto flor, significa que es el de mayor calidad.
Ya con la uva convertida en mosto, se guarda en unos depósitos. Hay varios tipos de depósitos: acero inoxidable, roble, hormigón o de pizarra. En los depósitos, se procederá con la etapa de maceración y fermentación. Ambos procesos generalmente se realizan simultáneamente:
- El proceso de maceración consiste en extraer compuestos químicos de un producto sumergiéndolo en líquido. La maceración sirve para obtener el color rojo del vino, la estructura que tiene cada vino y los distintos aromas que dan personalidad y variedad en cada vino.
- La fermentación es un proceso natural que consiste en transformar las moléculas mediante una oxidación incompleta, dando como resultado un compuesto orgánico y la generación de energía química. La fermentación óptima se realiza a unos 20ºC. En el caso del mosto, la fermentación provoca un descenso de los niveles de azúcares y un aumento del alcohol.
En la fermentación, la pulpa y la piel restante sube hacia la superficie del mosto debido al dióxido de carbono y se forma una capa superior llamada sombrero. Cuando aparece esta capa, se lleva a cabo el proceso del remontado, que consiste en remover el mosto de manera automática o manual para sumergir e hidratar el sombrero para conseguir ese color y los aromas.
Tras todos estos procesos del mosto en el depósito, se hace el traslado a barricas de roble después de separar el vino fermentado de los restos de piel y semillas que quedaban en el depósito. Este proceso se llama descube.
Tras el descube, opcionalmente se realiza la clarificación, un proceso que consiste en dejar el vino limpio y eliminar las partículas que hacen que el vino pueda verse algo turbio. También se pueden eliminar estas partículas en el proceso de estabilización, que consiste en someter el vino a temperaturas bajo cero para eliminar los restos que queden.
A partir de aquí, los siguientes pasos se llevarán a cabo dependiendo de sí se opta por el vino joven o de crianza. Si es de crianza, tras el proceso de clarificación, el vino se llevaría a las barricas para su crianza.
Para terminar, se efectúa el proceso de filtración antes de embotellar el vino. La filtración sirve para eliminar las bacterias potencialmente peligrosas. Después de la filtración, se embotella el vino y ya estaría listo para comercializarlo.
Como puedes ver, la elaboración tiene un proceso específico para conseguir diferentes tipos de vino. Si quieres sorprender a los amantes de esta bebida, primero deberías de conocer el tipo que más les gusta, y a partir de ahí elegir el vino que más le vaya a sorprender.
A día de hoy hay muchas variedades: afrutados, con toque amaderado y otros ingredientes que hacen que el vino tenga un gusto distintivo, ofreciendo las mejores opciones para cada gusto.