Durante dos décadas he tenido la suerte de desempeñarme en una extensa diversidad de puestos en el campo de la comercialización. Más recientemente, empecé a darme cuenta de que esta «expansión» no es lo que la mayoría de la personas piensa que es. A través de mi trabajo sobre el cambio, creo que este conocimiento erróneo está causando que muchos líderes ignoren el verdadero valor del marketing.
Imagine un grupo de expertos de ingenieros automotrices que diseñan características sobresalientes en un automóvil nuevo e innovador. Seguidores compulsivos, optimizan para una individualización granular con todas las campanas y chiflos que querrían si estuvieran diseñándolo solo para ellos.
Crear el automóvil, luego entregan las cosas a los especialistas en marketing para persuadir a los clientes de que estas características igualmente son lo que quieren, y que deben pagar una prima por ellas.
La motivación a la compra es el trabajo principal del marketing
Si bien esto puede oírse como la raíz de una campaña de comercialización sólida, este escenario tiene la función del marketing al revés. El gran marketing siempre empieza con el cliente, no con la marca o el producto. Aunque muchos líderes del cambio aún comienzan con lo que la compañía quiere hacer y luego tratan de convencer a los empleados de que ellos igualmente lo quieren.
Lo que no es un excelente marketing
En un nivel básico, muchas personas piensan el marketing como uno de sus efectos: el anuncio de televisión que muestra a una estrella de cine conduciendo el automóvil nuevo, una voz en off que expresa palabras sin aliento sobre la aventura.
Todas estas teorías ignoran cuán valiosamente sofisticados se han vuelto los consumidores. Actualmente, más que nunca, las personas son detectores de BS valiosamente capacitados. Trate de venderlos con ponderación y lo atravesarán automáticamente.
Los consumidores inteligentes, igualmente son sus empleados, tan exigentes en el trabajo como en cualquier otro sitio. Se sientan aburridos en los ayuntamientos y revisan los correos electrónicos de toda la compañía con el mismo escepticismo.
Lo que opinamos que es un buen marketing
El centro de toda gran comercialización es su audiencia, empezando con las personas en vez del producto, la marca o la decisión de cambio. Es la orientación de todo lo que hace una compañía en torno al cliente al que se busca alcanzar. Piense de esta forma, y todo importa: cómo aparece en cada interacción, no solo en su publicidad delicada.
La orientación de la audiencia empieza con la comprensión de que, como escribí en un artículo reciente, lo que te interesa a ti no necesariamente les importa a ellos.